martes, 15 de enero de 2013

QUE NO NOS ROBEN LA ALEGRÍA


           
           
           Esta dichosa crisis que nos rodea y empapa social y familiarmente en muchos casos, se está cobrando poco a poco un precio exagerado en nuestras vidas.

            Esta crisis que mercantiliza la cultura, la enseñanza, la justicia, la sanidad, la tranquilidad de los jubilados y cuyo único motor es la rentabilidad económica sitúa, como principio más importante de los valores,  al dinero. Esto trae consigo que cada vez nos encontremos más parados, más desahucios, más necesidades sin cubrir, más tragedias domésticas… cada vez se nos presenta todo más triste, más incierto y la crispación es la moneda de cambio en nuestras relaciones en la mayoría de las ocasiones.

            A pesar de la convulsa época en la que vivimos y del pesimismo que reina en nuestra sociedad, debemos ser conscientes de que hay espacio para el optimismo, no podemos permitir que nos roben la alegría porque vivimos con niños, que son el futuro del mañana, y que se merecen algo mejor de lo que  tenemos ahora.

            Es necesario cambiar esta inercia y pensar que el papel principal de nuestra vida es el amor, la honradez, la libertad, el saber escuchar, la solidaridad, la empatía, y que la importancia de la familia y de los amigos son factores que  pueden ayudar a sentirnos bien y a tener sentimientos más positivos.

            La psicóloga Laura Rojas que, tras los atentados de las Torres Gemelas, fue voluntaria de apoyo a la Cruz Roja y colaboró en el proyecto Libertad, un programa creado por el gobierno federal para ofrecer apoyo psicológico a las víctimas del atentado del 11-S, dice que “ante los cambios que nos depara la vida, hay que tener claro cómo pensamos y qué mensaje nos damos a nosotros mismos”. Para esta especialista “la amistad es un protector de la felicidad” y, que, en su opinión “podemos elegir, uno puede cambiar la forma de pensar ante las dificultades de la vida y acabar con los pensamientos negativos. La perseverancia, la disciplina y ser flexibles nos ayudarán a superar los momentos difíciles.”

            Fue Pablo Neruda quien dijo: “podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.

            Lo que es evidente es que por imperativos sociales muchas situaciones no deseadas nos vienen dadas; sin embargo, está en nosotros elegir con qué actitud deseamos afrontarlas.

            A veces un problema se convierte en el árbol que no nos deja ver el bosque y evita que disfrutemos de mil cosas buenas que nos ocurren a diario y no llegamos a valorar.

            Nuestra actitud ante la vida influye enormemente en nuestra sensación de felicidad y “no hay profesión más importante que ser feliz”, concluye el escritor y periodista David Escamilla.

            Como podéis ver y, a pesar de las contrariedades presentes, todavía quedan razones para el optimismo.

                  

Santiago Fernández.

Director del C.E.I.P. Enrique Segura Covarsí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario